Cinco niños, de entre 2 y 8 años, presenciaron el crimen que terminó con la vida de su madre. Salvadora Pereira, de 22 años, se convirtió en la 21ª víctima de feminicidio en lo que va del año en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul.
La joven fue asesinada a balazos por su pareja, José Cliverson Soares da Silva, de 32 años, la noche del sábado 2 de agosto, en una zona rural del municipio de Corumbá.
Según el parte policial, el crimen ocurrió alrededor de las 20:00 en una finca conocida como “Vai Quem Quer”, donde ambos trabajaban como caseros. Durante la tarde, la pareja había consumido bebidas alcohólicas y, ya entrada la noche, iniciaron una discusión que derivó en el ataque letal. El hombre disparó contra el rostro y el pecho de Salvadora con un revólver calibre 22.
En el momento del crimen, cinco niños se encontraban en la habitación, tres de ellos hijos del agresor (de 8, 7 y 2 años) y dos hijas de la víctima (de 7 y 5 años). Todos presenciaron el asesinato.
Agentes de la Policía Militar llegaron al lugar cerca de las 23:00 y encontraron a la víctima sin vida, tendida sobre una cama, con heridas de bala en el mentón y el tórax. El arma homicida fue hallada junto al cuerpo. La hermana del agresor se presentó en la finca y asumió la custodia temporal de los menores.
José Cliverson no intentó huir. Al ser abordado por los agentes, admitió el crimen y expresó: “Fui yo, señor. Hice una cagada”. Fue detenido en el acto y trasladado a la Comisaría 1ª de Corumbá. Al verificar sus antecedentes, la policía descubrió que pesaba sobre él una orden de captura por lesiones corporales desde 2020.
El caso ha generado conmoción en la región y reabre el debate sobre la urgencia de medidas efectivas para prevenir la violencia de género en zonas rurales y vulnerables de Brasil.