La nueva directora ejecutiva de Boeing, Kelly Ortberg, anunció la reducción del 10% de la plantilla, despidiendo a unos 17.000 empleados debido a la crisis que atraviesa la empresa. Desde 2019, Boeing ha registrado pérdidas y enfrenta una huelga sin acuerdo con el sindicato mayoritario.
Ortberg comunicó la decisión a través de un comunicado interno, donde también informó al mercado sobre el impacto de la huelga y otros problemas operativos en las cuentas de la empresa. Se esperan pérdidas significativas en el tercer trimestre, con ingresos de 17.800 millones de dólares y un flujo de caja operativo negativo de 1.300 millones.
Boeing espera reconocer cargos extraordinarios en sus programas 777X y 767, con una primera entrega del 777-9 en 2026. Además, la producción del carguero 767 se detendrá, generando un cargo de 400 millones. La división de Aviones Comerciales espera ingresos de 7.400 millones de dólares y un margen operativo negativo del 54,0%.
En Defensa, Espacio y Seguridad, se prevén cargos brutos en varios programas y un margen operativo negativo del 43,1%. Mientras tanto, Boeing intenta reanudar las negociaciones con los sindicatos tras el rechazo de dos ofertas salariales por parte de los trabajadores y el fracaso de las últimas negociaciones.
El fabricante de aviones estadounidense ha estado bajo escrutinio desde un accidente a principios de año que puso en entredicho su «cultura de seguridad». Tras el incidente, el presidente anterior renunció en marzo. Boeing acordó pagar una multa de 243,6 millones de dólares por un cargo de conspiración de fraude criminal relacionado con los accidentes del 737 Max.
Las pérdidas acumuladas en los últimos años superan los 23.800 millones de dólares y se espera que aumenten. La empresa está implementando medidas de reducción de costos, incluyendo despidos y congelación de contrataciones. El futuro de Boeing sigue siendo incierto mientras enfrenta una crisis financiera y operativa que amenaza su competitividad a largo plazo.