El chavismo realiza cambios internos tras elecciones presidenciales
En medio de una crisis de legitimidad, Nicolás Maduro reestructura su gobierno rodeándose de apoyos incondicionales. La represión y detenciones masivas marcan un nuevo camino en Venezuela.
La semana pasada, Maduro nombró a Alex Saab, empresario colombiano, como ministro de Industria y Producción Nacional, en un intento por fortalecer su mandato. Saab, conocido como el testaferro de Maduro, ha sido fiel al presidente en medio de acusaciones de corrupción y vínculos con el régimen.
La disidencia dentro del chavismo ha sido eliminada, con Maduro consolidando su poder y rodeándose de figuras incondicionales. La represión y la falta de legitimidad tras las elecciones del 28 de julio han llevado al régimen a una nueva fase de ajustes y control.
La salida de Gustavo González, temido jefe del Sebin, evidencia los cambios en el liderazgo del país. González, señalado por violaciones a los derechos humanos, forma parte del círculo de confianza de Diosdado Cabello, otro pilar del madurismo.
El endurecimiento del gobierno se ha reflejado en la desaparición de figuras clave como Elvis Amoroso, presidente del CNE, y en la incorporación de nuevos líderes cercanos a Cabello. Maduro busca consolidar su poder a través de la represión y el control absoluto del Estado.
La remodelación del gabinete de Maduro refleja un intento desesperado por mantener el poder, a pesar de la falta de legitimidad y la creciente oposición interna. La falta de respaldo popular y las acusaciones de corrupción amenazan la estabilidad del régimen. No obstante, Maduro sigue adelante con los cambios, en un intento por adaptarse a la nueva realidad política en Venezuela.