Amnistía Internacional denuncia persecución y tortura a manifestantes en Gaza por parte de Hamas
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este miércoles que Hamas, el grupo que ejerce el control en la Franja de Gaza, está llevando a cabo una campaña de intimidación y tortura en contra de civiles que participan en protestas pacíficas. La organización de derechos humanos ha recopilado testimonios alarmantes sobre cómo los servicios secretos de Hamas hostigan, amenazan e incluso golpean a personas que ejercen su derecho a la libertad de expresión.
Los informes de AI surge en un contexto de creciente descontento popular por la situación en Gaza, donde las manifestaciones han sido inicialmente motivadas por el “genocidio de Israel”. Sin embargo, los reclamos no solo se dirigen contra el Estado israelí, sino también contra el propio Hamas, cuyas prácticas han sido objeto de críticas por parte de muchos palestinos. “Estas protestas han atraído a cientos, si no miles, de ciudadanos que desafiaron a las autoridades, pidiendo el fin del gobierno de Hamas”, afirmó la organización.
Las manifestaciones han tenido lugar en varias localidades, incluyendo el campo de refugiados de Yabalia, el barrio de Shuja’ya en Ciudad de Gaza, y la ciudad de Jan Yunis. Allí, los manifestantes han coreado consignas en contra del gobierno de Hamas, exhibiendo pancartas que critican su gestión y demandan un cambio. Este clima de oposición ha sido inusitado en un territorio donde la represión ha sido la norma desde que Hamas asumió el poder en 2007.
Erika Guevara-Rosas, directora de iniciativas de AI, ha instado a las autoridades de Hamas a cesar de inmediato las prácticas represivas contra aquellos que se manifiestan pacíficamente. “Los informes de tortura, amenazas e interrogatorios son extremadamente preocupantes y constituyen violaciones serias del derecho a la libertad de expresión y la reunión pacífica”, declaró Guevara-Rosas, quien calificó de “aberrante y vergonzoso” el uso de la violencia como respuesta a la disidencia.
Testimonios de más de una docena de manifestantes revelan que, tras participar en las protestas, muchos fueron detenidos de manera arbitraria y torturados. “Las fuerzas de seguridad no solo nos acosaron, sino que nos golpearon con palos, acusándonos de ser traidores solo por alzar la voz”, relató una de las víctimas. Otro manifestante recordó un incidente en el que fue golpeado y tratado de traidor, a pesar de haber perdido a su propia familia en la violencia del conflicto.
Además de la represión física, muchos manifestantes informan que han recibido amenazas por parte de las autoridades para que no vuelvan a participar en futuras protestas. Amnistía Internacional ha señalado que las restricciones a la libertad de expresión por parte de Hamas se han intensificado considerablemente desde su ascenso al poder, convirtiendo la simple acción de manifestarse en un acto de alta peligrosidad.
El informe de AI no solo establece vínculos entre la represión interna y el contexto de conflicto con Israel, sino que también destaca un patrón de abusos que se ha perpetuado en Gaza. “A pesar del genocidio en curso perpetrado por Israel, los servicios de seguridad de Hamas continúan llevando a cabo ataques sobre la libertad de expresión, incluso contra aquellos que osan criticar sus acciones”, sostiene el comunicado de la organización con sede en Londres.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Gaza, donde la violencia y la represión parecen ser una constante. El llamado de Amnistía Internacional al cese inmediato de estas prácticas brutales resuena en un contexto donde los derechos humanos se han visto gravemente amenazados. La comunidad global observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos en la región, preocupada por las implicaciones para la paz y la estabilidad en el Medio Oriente.
La denuncia de Amnistía Internacional se suma a un coro de voces que claman por cambios políticos y por el respeto a los derechos humanos en Gaza. Las manifestaciones recientes revelan un descontento que va más allá de la crisis israelí-palestina y apunta a la necesidad de un cambio interno en la gobernanza de Hamas. Las presiones externas y las demandas internas podrían ser una oportunidad para la reflexión y el cambio en el enclave costero, ensombrecido por la violencia y el sufrimiento.
La situación en Gaza continúa siendo extremadamente tensa, y el futuro de sus habitantes parece sombrío. Con un entorno cada vez más represivo y una guerra sin fin, el llamado a la protección de los derechos humanos se vuelve vital en este escenario internacional complejo. La presión de organizaciones como Amnistía Internacional podría ser la clave para provocar un cambio significativo, tanto en la política interna de Hamas como en la respuesta internacional a la crisis que enfrentan los palestinos en Gaza.