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La ofensiva antimigración provoca pánico y enojo en Florida

La ofensiva antimigración provoca pánico y enojo en Florida

Miami enfrenta ola de terror entre migrantes ante el aumento de detenciones por ICE

La comunidad inmigrante de Miami vive un clima de terror ante la reciente intensificación de las detenciones por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La situación ha llevado a muchos a temer por su futuro.

Felipe, un cubano de 28 años, llegó a su cita con el juez de asilo sintiendo la presión del ambiente hostil que rodea a los migrantes en los tribunales. Antes de ingresar, recibió una llamada urgente de sus abogados que le indicaron salir del edificio de inmediato, conocido por ser un punto caliente de detenciones. En menos de media hora, logró reunirse con su equipo legal, quienes solicitaron una audiencia virtual para evitar su arresto. Aunque su situación se ha aliviado temporalmente, el miedo persiste. La corte le dio hasta 2029 para presentar su caso, pero la incertidumbre lo acompaña cada día.

La historia de Felipe no es aislada. Dunia, otra migrante cubana, compartió su experiencia al llegar acompañada de su bebé, solo para encontrar un ambiente tenso con oficiales de ICE aguardando en los alrededores. “Estaba llena de miedo”, confesó, recordando cómo, durante la semana anterior, detuvieron a múltiples personas en situaciones similares a la suya. Tras cuatro años en EE.UU., la amenaza de deportación se cierne sobre ella y otros migrantes que siguen esperando respuestas sobre su estatus legal.

Ambos inmigrantes llegaron a la frontera mexicana con la esperanza de obtener la residencia permanente en Estados Unidos, tras escaparse del régimen cubano. Ahora, enfrentan la incertidumbre de un proceso migratorio que anteriormente les ofrecía cierta protección. Muchos tienen el estatus I-1220A, que otorga baja supervisión a aproximadamente 400,000 cubanos, pero la promesa de seguridad se ha desvanecido ante el nuevo clima de represión. Promesas de políticos como la congresista María Elvira Salazar, quien defendió su causa, han dejado de resonar con fuerza, incrementando la sensación de traición entre los migrantes.

La situación se agrava con la reciente actuación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el ICE, que han intensificado su enfoque en “delincuentes” y migrantes con menos de dos años en el país, quienes a menudo no tienen casos sólidos para defenderse. Según la abogada Liudmila Marcelo, una nueva directiva permite a las autoridades deportar rápidamente a aquellos cuyo estatus no esté claramente definido. Esto resulta alarmante, ya que muchos migrantes culpan a la retórica agresiva del gobierno, y la opinión pública se torna cada vez más polarizada.

Esta estrategia no se limita a Florida; grandes ciudades como Las Vegas y Nueva York han visto un incremento similar en las detenciones. Marcelo explicó que, durante las audiencias, a menudo se confunde a los migrantes al ofrecerles la opción de renunciar a su caso, lo que puede llevarlos a ser deportados más rápidamente. Esta táctica ha generado confusión e incremento en el estrés emocional entre aquellos que ya se encuentran en una situación vulnerable.

El miedo se apodera de la comunidad migrante, que enfrenta una creciente falta de seguridad. La abogada alerta sobre el “proceso engañoso” utilizado por las autoridades. Cuando el DHS invita a los migrantes a desestimar su caso, en realidad están abriendo la puerta a la deportación. Por su parte, el gobierno de Florida, bajo la administración del gobernador Ron DeSantis, ha estado impulsando leyes que intensifican el control migratorio y que incluso pretenden implementar medidas como la pena de muerte para ciertos delitos cometidos por inmigrantes.

La reciente "Operación Marea", descrita como la mayor acción antiinmigrante en la historia del estado, resultó en 1,120 detenciones en solo una semana, lo que ha dejado a las comunidades en un estado de angustia constante. Lo que se pensaba que era un refugio seguro se ha convertido en un lugar de temor, haciendo que los migrantes eviten el transporte público y las interacciones cotidianas temidos por las posibles consecuencias legales.

La situación ha llegado a tales extremos que muchos migrantes se sienten atrapados sin solución posible. La abogada Marcelo señaló que los que no tienen estatus legal están en una situación crítica, donde perder su licencia de conducir puede facilitar un arresto. La desesperación se amplía, y los servicios legales están colapsando bajo la presión de familias que buscan ayuda.

En respuesta a esta creciente crisis, Adriana Rivera, especialista en comunicación de la Coalición de Inmigrantes de Florida, subrayó que el silencio de varios políticos durante este episodio es alarmante. A pesar del sufrimiento evidente, muchos se niegan a intervenir. La combinación de la retórica violenta y la falta de acción política crea un clima de desconfianza y caos, lo que podría llevar a consecuencias devastadoras para miles de migrantes.

En resumen, la comunidad inmigrante en Miami se encuentra en un estado de alerta máxima, enfrentando una amenaza real e inminente de deportación. La combinación de políticas restrictivas, detenciones masivas y un clima de miedo está impulsando a muchos a buscar refugio y respuestas, mientras el futuro de millones pende de un hilo.

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