Crisis Humanitaria en Gaza: Ataques y Desnutrición Aumentan Dramáticamente
La situación en Gaza se agrava a medida que los ataques del ejército israelí continúan, sin indicios de una tregua. En las últimas 24 horas, al menos 130 personas han perdido la vida, según el Ministerio de Salud de Hamas.
El ataque más devastador se produjo en Beit Lahia, donde 67 personas fallecieron al intentar recolectar alimentos. Las autoridades del gobierno de Hamas condenaron esta acción, acusando a los soldados israelíes de utilizar el hambre como arma contra civiles. El ejército israelí, por su parte, alegó que emitió disparos de advertencia debido a una amenaza inminente en la zona, donde se concentraba un gran número de personas.
A pesar de la escalada de violencia, Israel ha intensificado sus operaciones militares con nuevas órdenes de evacuación forzada para la población, alegando la preparación de una incursión en Deir Al Balah. Estos movimientos han sido calificados como ilegales bajo la ley humanitaria internacional. Los folletos distribuidos por el ejército han advertido a los habitantes sobre la inminente acción militar, generando temor entre los residentes.
El portavoz del ejército israelí, Avichay Adraee, afirmó que las acciones militares buscan debilitar las capacidades de Hamas y su infraestructura. Sin embargo, críticos han señalado que esta expansión del uso de la fuerza solo agrava la ya crítica situación humanitaria en Gaza, donde la población se enfrenta a condiciones extremas debido al conflicto prolongado.
En medio de esta crisis, el gobierno israelí ha decidido suspender la renovación de visas a un empleado de la ONU, Jonathan Whittall, quien ha sido crítico del bloqueo y su impacto en la población de Gaza. Whittall, que había alertado sobre la creciente escasez de alimentos y el hambre prevalente, ya no podrá trabajar en la región a menos que se revierta esta decisión.
Las autoridades sanitarias de Gaza han registrado un alarmante número de muertes por desnutrición, con hasta 76 niños y 10 adultos fallecidos desde el inicio de la guerra. Esta "masacre silenciosa", como ha sido denominada, afecta gravemente a los niños, con 600,000 menores en riesgo de desnutrición. Las condiciones devastadoras han llevado a múltiples fallecimientos, como el de Yahya, un bebé de tres meses, y otros niños que han muerto debido a la falta de alimentos y atención médica.
La ONU ha advertido que el bloqueo israelí ha impedido la entrega de ayuda humanitaria. A pesar de tener alimentos almacenados para la población, la agencia para los refugiados palestinos, UNRWA, denunció que el acceso a estos recursos está bloqueado. La necesidad de abrir los cruces fronterizos es urgente, ya que se estima que más de un millón de niños son víctimas de esta crisis.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras han hecho eco de la gravedad de la situación. En sus clínicas en Gaza, han visto un aumento sin precedentes de casos de desnutrición, afectando especialmente a embarazadas y sus recién nacidos. El coordinador de MSF en la región, Mohammed Abu Mughaisib, advirtió que esta crisis es sin precedentes, con numerosos bebés naciendo prematuramente debido a la desnutrición maternal.
A pesar de las denuncias de la comunidad internacional y de las organizaciones humanitarias, Israel sostiene que la ayuda humanitaria puede ser utilizada por Hamas. Desde finales de mayo, el gobierno israelí ha implementado un nuevo mecanismo de distribución humanitaria controlado por fuerzas extranjeras, lo que ha generado mayores tensiones y, según informes, un incremento en las muertes de civiles en los puntos de distribución.
La presión sobre el sistema de salud en Gaza es insostenible. Con más de 58,800 muertes confirmadas en el enclave desde el inicio del conflicto, la mayoría de las víctimas son mujeres y niños. La comunidad internacional sigue en alerta ante esta crisis, pero la falta de acción efectiva ha llevado a una creciente desesperación entre los afectados. La situación en Gaza es un recordatorio doloroso de las consecuencias humanitarias del conflicto en curso, mientras las esperanzas de una resolución pacífica parecen cada vez más lejanas.