China inicia investigación ante aranceles propuestos por México
China ha decidido enfrentar las medidas arancelarias que el gobierno de México planea imponer a productos extranjeros. El Ministerio de Comercio del gigante asiático anunció el jueves el inicio de una investigación en relación con la propuesta mexicana de gravar importaciones de países con los que no tiene acuerdos comerciales, una lista que incluye a China, Corea del Sur, India y Rusia, entre otros. Esta acción resalta las tensiones comerciales en crecimiento en el ámbito internacional.
La investigación se centrará en evaluar las tarifas y restricciones comerciales impuestas en los últimos años, llevándose a cabo bajo la Ley de Comercio Exterior de China. Se anticipa que esta evaluación dure seis meses, aunque se prevé que el plazo pueda extenderse. La medida refleja la preocupación de Pekín por el aumento del proteccionismo y unilateralismo en las políticas comerciales de otros países, especialmente de Estados Unidos, que han fomentado una atmósfera de tensión en el comercio global.
La propuesta que ha desencadenado la investigación china fue lanzada por el gobierno de Claudia Sheinbaum a principios de septiembre. Esta iniciativa incluye la imposición de tarifas sobre 1,463 fracciones arancelarias para productos de países sin tratados de libre comercio, afectando sectores clave como la automoción, textiles, plásticos y productos de aluminio. La medida, aún sujeta a la aprobación del Congreso mexicano, representa un cambio significativo en las políticas arancelarias del país y podría ser una respuesta al enfoque restrictivo adoptado por Estados Unidos en su trato con México.
Desde la perspectiva mexicana, la iniciativa busca proteger indústrias estratégicas del país frente a productos importados, especialmente aquellos provenientes de Asia. En este nuevo contexto, las tarifas para la importación de automóviles podrían elevarse hasta un 50%, un aumento considerable en comparación con el rango actual del 15% al 20%. Este aumento ha generado preocupaciones entre los sectores industriales sobre posibles efectos negativos en las cadenas de suministro y un posible incremento en los precios para los consumidores.
Datos recientes indican que las exportaciones chinas hacia México han estado dominadas por automóviles, computadoras, monitores y máquinas de aire acondicionado. El impacto financiero de los cambios propuestos podría generar ingresos adicionales de hasta 40 mil millones de pesos mexicanos. Sin embargo, la implementación de estas tarifas también conlleva el riesgo de desencadenar represalias comerciales que podrían afectar la relación bilateral entre ambos países.
Ante la noticia de la investigación china, el Ministerio de Economía de México defendió la autonomía de sus decisiones comerciales, aseverando que estas están en línea con los límites de tarifas fijados por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Funcionarios del ministerio subrayaron que el objetivo principal de las medidas propuestas es la protección de los empleos locales y la corrección del déficit comercial que México presenta con varias naciones asiáticas. En los últimos cinco años, este desequilibrio se ha incrementado en un 83%.
El gobierno mexicano enfatizó que sus decisiones responden a una necesidad interna legítima y no están influenciadas por presiones externas ni motivaciones geopolíticas. El Ministerio de Economía se mostró abierto a mantener un diálogo constructivo con China para abordar estas y otras preocupaciones relacionadas con el comercio. Esta disposición podría ser clave para mitigar tensiones y encontrar soluciones consensuadas que beneficien a ambas naciones.
En conclusión, el inicio de la investigación por parte de China marca un nuevo capítulo en la compleja relación comercial que ambos países mantienen. Mientras México busca fortalecer su industria local y corregir desequilibrios económicos, las autoridades chinas advierten sobre los riesgos del proteccionismo. Este episodio subraya no solo la fragilidad de las relaciones comerciales internacionales actuales, sino también la necesidad de un equilibrio que considere tanto los intereses nacionales como la cooperación global.