Los contactos y mediaciones para alcanzar un alto el fuego entre Israel y Hamás, que duraron semanas sin conseguir su objetivo, vuelven a cobrar fuerza. Riad acoge conversaciones entre varios países árabes y Estados Unidos, con la asistencia del secretario de Estado Antony Blinken, mientras que en El Cairo se espera la llegada de una delegación del movimiento islámico de Gaza y una respuesta a la última propuesta israelí de tregua. de unas pocas semanas.
Por primera vez, el Gobierno israelí se ha mostrado abierto a congelar o posponer la invasión de Rafah, la única ciudad de la Franja donde el ejército aún no ha entrado del todo, si se llega a un acuerdo que permita la liberación de los rehenes. Sin embargo, el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu no aclaró el alcance de esta posible suspensión sujeta a acuerdo. En los últimos meses, siempre que se ha abordado la tregua, se ha roto la tensa cuerda de las negociaciones.
“Pedimos a Estados Unidos que pida a Israel que no ataque a Rafah. Es el único país capaz de impedir que Israel cometa este crimen”, advirtió este domingo el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en la capital saudí. Allí, los países más influyentes de ambos bandos intentarán aumentar la presión para detener, aunque sea temporalmente, una guerra que ya ha causado más de 34.000 muertos en Gaza. Al mismo tiempo, aumenta la incertidumbre sobre cuántos rehenes capturados por el grupo islámico siguen con vida (unos 130). Hamás ha estado presionando en los últimos días con la publicación de grabaciones en las que tres de los secuestrados, dos de ellos de nacionalidad estadounidense, pedían ser liberados antes de que fuera demasiado tarde.
Biden y Netanyahu han hablado varias veces desde el inicio de la guerra. En una conversación telefónica entre ambos a principios de abril, el presidente estadounidense informó al primer ministro israelí que consideraba “inaceptable” la situación humanitaria en Gaza y pidió que se tomaran medidas para aliviarla. Según un comunicado de la Casa Blanca, ambos también discutieron este domingo “aumentos en la entrega de ayuda humanitaria a Gaza, incluido el proyecto de abrir nuevos cruces en el norte a partir de esta semana”. «Presidente [estadounidense] destacó la necesidad de que este progreso se mantenga y mejore en plena coordinación con las organizaciones humanitarias”.
Netanyahu todavía espera dar la orden final a sus tropas de invadir Rafah, donde viven alrededor de 1,5 millones de residentes y desplazados sacudidos por una importante crisis humanitaria. La comunidad internacional, incluido su principal aliado, Estados Unidos, ha instado repetidamente a Netanyahu a no dar ese paso.
Algunas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, apuntaron a un posible cambio de rumbo. “La liberación de los rehenes es la máxima prioridad para nosotros”, afirmó Katz el sábado durante una entrevista con el Canal 12, uno de los más seguidos de la televisión israelí. Cuando se le preguntó si esto significaba dejar de lado la Operación Rafah por ahora, a pesar de que allí se concentran los que Israel considera los últimos batallones de Hamás plenamente activos, su respuesta fue “sí”. No aclaró, sin embargo, si la suspensión del plan iría más allá del tiempo de una tregua que aún no se ha acordado.
Benny Gantz, miembro del Gabinete de Guerra, subrayó que el regreso de los rehenes es «urgente y de mucha mayor importancia» que la captura de Rafah. De lo contrario, escribió este domingo en la red social X (antes Twitter), se quitaría al Gobierno el derecho a seguir existiendo. Las familias de los secuestrados siguen presionando a Netanyahu en las calles de forma permanente, como ocurrió este sábado. Insisten en que se dé prioridad a un acuerdo de liberación sobre los medios militares. En el lado opuesto están los miembros más ultranacionalistas del Gobierno, que siguen amenazando a Netanyahu con dejarlo caer. Este domingo, el jefe del departamento de Finanzas, Bezalel SmotrichDijo en un vídeo que si se izaba la “bandera blanca” en Rafah; el primer ministro “no tendrá derecho a existir”.
Miedo a una fuga masiva
La delegación egipcia que visitó Israel el viernes mostró cierto optimismo sobre su regreso, según informó la agencia Efe, en medio de los temores de que, al tratarse de un territorio fronterizo, la invasión de Rafah provoque una huida masiva de gazatíes hacia ese país. Este lunes está previsto que una delegación de Hamás viaje a El Cairo. Los fundamentalistas palestinos siguen imponiendo como condición el fin de la guerra y la salida de las tropas de ocupación para liberar a los cautivos. Israel, por su parte, reivindica su derecho a reanudar la guerra tan pronto como regresen los secuestrados, vivos o muertos. Khalil Khayya, un alto funcionario político del grupo palestino, dijo el viernes que están analizando las últimas propuestas israelíes. La respuesta la dará a conocer este lunes en la capital egipcia Hayya, según informó la agencia AFP.
Pese a todo, el presidente Abbas y delegaciones de países mediadores en el conflicto, como Qatar y Egipto, así como de otros Estados árabes directamente implicados en intentar detener el conflicto, como Jordania y Emiratos Árabes Unidos, se reúnen desde este domingo en Riad, junto con las autoridades locales. Ningún país árabe ha roto relaciones con Israel, de hecho, Arabia Saudita no ha dejado de lado definitivamente sus planes de establecer relaciones oficialmente con ese país;
Se espera que los líderes árabes estén acompañados por el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en Riad a lo largo del lunes. Su séptimo viaje a la región desde el inicio de la guerra el 7 de octubre le llevará también a Israel, donde tiene previsto visitar uno de los kibutz escenario de la masacre de unas 1.200 personas a manos de Hamás ese día.
La capital saudí acoge una reunión del Foro Económico Mundial (FEM), a la sombra del cual se desarrollan estas nuevas conversaciones. Borge Brende, presidente de ese foro, comentó este domingo que hay «un nuevo impulso» en torno a los secuestrados y el desbloqueo del alto el fuego. Un alto representante del gobierno qatarí acusó a Hamás e Israel de boicotear el acuerdo cada vez que se alcanzaba, según una entrevista con el diario israelí Haaretz.
Han pasado más de cinco meses desde que se alcanzó la única semana de tregua, la última en noviembre, que permitió silenciar las armas en Gaza y liberar a 105 rehenes de ese enclave. De los 250 iniciales, se estima que quedan alrededor de 130, pero se cree que algunos de ellos ya han muerto.