El famoso rapero Sean Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy, enfrenta su sexta acusación de violencia sexual, esta vez por parte de una ex modelo llamada Crystal McKinney. La demanda incluye acusaciones de abuso y agresión sexual, ocurridas en 2003.
Según la denuncia de McKinney, ella conoció a Combs en un evento de moda en un hotel de Nueva York, donde fue obligada a practicarle sexo oral. La modelo asegura haber sido drogada y agredida sexualmente por el rapero, lo que resultó en traumas emocionales graves, incluido un intento de suicidio en 2004.
La denuncia actual se suma a una serie de acusaciones previas contra Combs, que incluyen a otras mujeres que afirman haber sido víctimas de abuso sexual por parte del rapero. Algunas de las denunciantes han descrito situaciones similares de manipulación y agresión durante encuentros con el artista.
Combs se disculpó públicamente por sus acciones pasadas y afirmó estar buscando ayuda profesional para mejorar como persona. Sin embargo, las acusaciones en su contra continúan acumulándose, y actualmente enfrenta una investigación federal en curso por parte del FBI.
La gravedad de las acusaciones, que incluyen agresiones sexuales a mujeres menores de edad, plantea un escenario legal complejo para Combs. Las denuncias han despertado un debate sobre el abuso sexual en la industria del entretenimiento y la responsabilidad de los artistas con sus acciones.
La presión pública y mediática sobre el caso sigue en aumento, con las denunciantes buscando justicia y una mayor conciencia sobre la violencia sexual. Las acusaciones contra Combs han generado un debate sobre el poder, la influencia y la responsabilidad de los artistas en la sociedad actual.