El español Rafael Nadal dijo adiós de entrada en Roland Garros, pero sin confesar si, a punto de cumplir los 38 años, fue una despedida para siempre del torneo que ha ganado 14 veces, el cimiento de su leyenda. El alemán Alexander Zverev tuvo la difícil misión de “dejar fuera” de París a su máximo ganador.
La central de París se llenó por vez primera para un duelo de primera semana, el que medía a Nadal contra el alemán Alexander Zverev, convencidos los aficionados de que allí pasaría algo histórico: o el fin de su leyenda o un nuevo milagro. Al final no fue ni lo uno ni lo otro.
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Tampoco hubo fin de la leyenda porque el español se negó a cerrar la puerta a un regreso a la tierra de sus mayores gestas, aunque todo en el ambiente apuntaba a que era el día del fin. El público enfervorecido, los balances poco velados, el discurso en la pista y la impresión de que se ha alejado del máximo nivel.
Sinner despejó las dudas sobre su condición física, la misma que le obligó a retirarse de Madrid y renunciar a Roma, y aplastó al estadounidense Christopher Eubanks por 6/3, 6/3 y 6/4.
Triunfos sudamericanos
Las dos principales esperanzas argentinas, Sebastián Báez y Francisco Cerúndolo, comenzaron con triunfos el torneo parisino. Báez (20) venció al brasileño Gabriel Heide por 4/6, 6/3, 6/1, 4/6 y 6/3, mientras que Cerúndolo superó al alemán Yannick Hanfmann, 6/3, 6/3 y 6/4.