La líder de extrema derecha Giorgia Meloni gana las elecciones europeas en Italia con un 28,8% de los votos. Obtendrá 24 escaños en el Parlamento Europeo, consolidando su liderazgo interno.
Meloni se muestra como una figura proeuropea, apoyando a Ucrania contra Rusia. Su ascenso la posiciona como un puente entre la extrema derecha y los conservadores, mientras mantiene su poder político en Italia.
El Partido Demócrata obtiene el 24% de los votos y 20 escaños, liderado por Elly Schlein. La Alianza de los Verdes y la Izquierda sorprende con el 6,7% de los votos y seis escaños.
Forza Italia y la Liga quedan relegados, con un porcentaje similar al de hace dos años. La Liga, liderada por Matteo Salvini, obtiene un 9% y ocho escaños, perdiendo fuerza y poniendo en riesgo el liderazgo de Salvini.
Meloni ha logrado revertir el diseño político en Italia en cinco años, pasando de ser minoritaria a consolidar su poder en la extrema derecha y conservadores. Su tono duro y populista la ha posicionado como una figura relevante en la política italiana.
La baja participación en las elecciones muestra un panorama interno más que internacional en Italia. Meloni ha sabido jugar con astucia en el ámbito europeo, mostrándose como un actor proeuropeo y prometiendo apoyo en temas clave como el cambio climático y la inmigración.
La victoria de Meloni ha marcado un hito en la política italiana, consolidando su liderazgo y estableciendo un equilibrio de poder en el Parlamento Europeo. Su ascenso representa un desafío para sus rivales internos y podría marcar el rumbo de la extrema derecha en Europa en los próximos años.
