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América Latina y la inteligencia artificial: ¿productividad o desigualdad?

América Latina y la inteligencia artificial: ¿productividad o desigualdad?

La Inteligencia Artificial Generativa en América Latina: Oportunidades y Desafíos

En el corazón de San José, Costa Rica, Alfredo Sasso, un emprendedor inmobiliario, se muestra entusiasmado pero escéptico sobre el avance de la inteligencia artificial (IA) en su sector. A pesar de sus reservas, reconoce que estas tecnologías están transformando el panorama de negocios en la región.

Un informe del Banco Mundial destaca que hasta el 14% de los empleos en América Latina y el Caribe podrían beneficiarse de la implementación de herramientas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT y Copilot, potencialmente aumentando la productividad en miles de empresas. Costa Rica, junto con países como México y Colombia, se posiciona como un terreno fértil para el crecimiento impulsado por estas innovaciones tecnológicas.

Sasso ha comenzado a integrar ciertas herramientas de IA en su trabajo, aliviando algunas de las tareas que antes le llevaban tiempo. "Lo que solía tomarme 15 minutos ahora lo hago en segundos", explica, reconociendo los beneficios del ahorro de tiempo. No obstante, él enfatiza la importancia del contacto humano en los negocios, argumentando que la atención personal no puede ser reemplazada por máquinas.

El estudio del Banco Mundial, elaborado por economistas como Pawel Gmyrek y Hernan Winkler, sugiere que el impacto de la IA no será uniforme. Mientras que trabajadores independientes en diversas áreas, incluidos agentes inmobiliarios, pueden experimentar aumentos en su productividad, otros, como aquellos en sectores menos digitalizados, podrían quedar atrás. Alrededor de 17 millones de empleos podrían beneficiarse de la automatización, aunque estos avances podrían verse limitados por la falta de acceso a la infraestructura digital.

Winkler también aclara que el éxito de la implementación de la IA depende del ritmo de adopción y del desarrollo de habilidades complementarias en la fuerza laboral. "Las variables que afectan esta transformación son complejas y difíciles de predecir", advierte, subrayando que la fortaleza del mercado laboral está íntimamente relacionada con la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

A nivel global, América Latina no es la única región que enfrenta este desafío tecnológico. Las herramientas de IA son vistas como un medio crucial para generar nuevas oportunidades económicas y mejorar servicios esenciales como la educación y la salud. La presión por no quedarse atrás es creciente, así como la urgencia de adaptarse al avance tecnológico que está moldeando el futuro del trabajo.

Sin embargo, estas transformaciones también plantean nuevos retos. Un estudio revela que entre el 26% y el 38% de los empleos en la región podrían estar expuestos a la automatización, lo que podría exacerbar las desigualdades existentes en el mercado laboral. Sectores como el bancario y administrativo son los más vulnerables a la automatización, lo que podría afectar desproporcionadamente a los trabajadores menos experimentados, como señala Darío Romero Vázquez, un ingeniero mexicano.

Romero Vázquez, quien ha trabajado en el sector financiero, observa que la tecnología ha facilitado ciertas tareas, pero también ha aumentado la carga de trabajo. "La cantidad de tareas ha evolucionado". Esta tendencia puede tener un impacto negativo en el desempleo juvenil, que ya se había reducido en un 5% desde 2016 en América Latina, pero enfrenta nuevas barreras de entrada debido a los cambios en los requisitos laborales provocados por la IA.

A medida que la automatización se expande, las desigualdades de género también pueden verse afectadas. A pesar de que las mujeres han obtenido el 54% de los nuevos trabajos en la última década, persisten disparidades salariales, siendo sus ingresos, en promedio, un 22% inferiores a los de sus colegas masculinos. "Los empleos en riesgo de ser reemplazados frecuentemente abarcan sectores que han promovido el progreso de las mujeres en el mercado laboral", señala Winkler, destacando la importancia de abordar estas desigualdades en el contexto de la transformación digital.

Frente a este panorama, la inteligencia artificial no es un destino inevitable, sino una herramienta que tiene el potencial de ampliar o reducir las desigualdades. En América Latina, el desafío radica no solo en la adopción tecnológica, sino en la manera en que se implementan y distribuyen estos avances.

La clave para un cambio positivo reside en el compromiso hacia una educación inclusiva y un desarrollo económico robusto, además de la creación de una red de protección social que acompañe a esta transformación. El futuro del trabajo en la región, marcado por la inteligencia artificial, dependerá de cómo se aborden estos desafíos y de quiénes puedan beneficiarse de las oportunidades que esta revolución tecnológica promete. La decisión de cómo usar esta transformación no solo es técnica, sino profundamente humana y colectiva.

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