El arzobispo de Asunción, Mons. Adalberto Martínez, sostuvo que la situación de crisis que vive el país, por la corrupción, la impunidad y el debilitamiento extremo de nuestras instituciones democráticas, así como las amenazas a la vida, a la integridad, a la libertad, a la verdad, al derecho y a la justicia, tienen su causa más profunda en la ausencia de Cristo. Fue en la homilía de la Vigilia Pascual.
En la homilía, el cardenal Martínez explicó que la Resurrección de Cristo es el principio y fundamento de la fe cristiana, pues “si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe”. Agregó que la resurrección es el culmen de la Historia de la Salvación: Jesús ha vencido al pecado y a la muerte y es el principio de la futura resurrección.
Resaltó que Jesús luchó por realizar el Reino entre los hombres; lo anunció, pero también lo hizo efectivo: dio de comer a los hambrientos, curó a los enfermos, se enfrentó con las autoridades, rebatió sus esquemas religiosos, criticó duramente la actitud de zorros de algunos y la voracidad de otros.
Martínez explicó que la resurrección de Jesús nos descubre, antes que nada, que Dios es alguien que pone vida “donde los hombres ponemos muerte. Alguien que genera vida donde los hombres la destruimos. Esta lucha por la vida debemos iniciarla en nuestro propio corazón, «campo de batalla en el que dos tendencias se disputan la primacía: el amor a la vida (biofilia) y el amor a la muerte (necrofilia)» (E. Fromm)”.
Caminos de muerte
Postura ante el aborto
“Quizás sea ésta la pregunta que debamos hacernos hoy: ¿Sabemos defender la vida con firmeza en todos los frentes y en todas sus etapas, desde el seno materno hasta la muerte natural? ¿Cuál es nuestra postura personal ante las muertes violentas, el aborto, la destrucción lenta de los marginados, el genocidio de los pueblos indígenas, la instalación de armas mortíferas sobre las naciones, el deterioro creciente de la naturaleza por la ambición desmedida de unos pocos?”, cuestionó.