El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró el Día del Trabajador en un mitin en São Paulo. Destacó logros económicos y exenciones fiscales para la clase media, buscando aumentar su popularidad después de 16 meses en el poder.
El evento se llevó a cabo en el estacionamiento del estadio Corinthians, con una menor asistencia de la esperada. Se mencionaron logros como la creación de empleo, la salida de brasileños de la pobreza extrema y la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Lula se dirigió a la clase media y media baja en su discurso, mencionando medidas para apoyar a los emprendedores y regular el trabajo en plataformas como Uber. También anunció planes para exentar del impuesto sobre la renta a trabajadores que ganen hasta 5.000 reales.
El presidente se enfrenta a la dificultad de no tener mayoría en el Congreso, lo que dificulta la implementación de sus propuestas. A pesar de los desafíos, sus seguidores reconocen su esfuerzo para llevar adelante su agenda política en un ambiente hostil.
Lula asumió su tercer mandato presidencial con un escenario político complicado, enfrentando una oposición creciente y una caída en su popularidad. Los últimos sondeos muestran un aumento de opiniones negativas sobre su Gobierno, mientras disminuye el apoyo de la población.
La disminución del capital político de Lula preocupa a analistas como el profesor universitario António Luzio R. Assis, quien destaca la importancia de políticas sociales implementadas por el Gobierno. La falta de conexión entre sindicatos y trabajadores puede haber influido en la baja asistencia al mitin.
La popularidad del presidente se ve afectada por la percepción negativa de parte de la población, a pesar de los avances en políticas sociales y económicas. El desafío para Lula será recuperar terreno y mantener el apoyo de la ciudadanía en un contexto político complejo.