A medida que el verano se acerca, por ende las altas temperaturas, otro conflicto paraguayo/argentino se perfila en la ya conflictuada Entidad Binacional Yacyretá (EBY), agravado por la decisión de la ANDE de retirar de la central hidroeléctrica en los últimos cuatro meses de este año entre el 41 y el 47% de su producción mensual.
¿A qué punto de la sobrecargada agenda de la EBY se refirió el mandatario? Vergara dijo que el Paraguay está dispuesto a ceder parte de su energía para aliviar la crisis energética argentina, pero con una condición fundamental, “que nos paguen lo que nos adeudan”.
Si nos desplazamos algunos años, ya en el campo de la deuda histórica, Vergara hablaba inclusive de una de US$ 5 mil millones, que no paga el gobierno argentino a la EBY. Explicó que es “la diferencia entre lo que factura la binacional y lo que realmente le pagan”.
La pregunta que repiten en nuestras fuentes busca que los responsables expliquen qué pasó con las correspondientes facturas. Porque si el destino de la energía fue el sistema eléctrico argentino, es lógico que ese sistema asuma y pague las facturas.
Óscar Thomas, director ejecutivo de la entidad entre el 2002 y el 2014, en entrevista con un medio argentino -La Voz de Misiones – preguntado sobre el punto, dijo que Yacyretá generó en los últimos cinco años -¿2019-2024?- un promedio anual de 23.000.000 de MWh, “por lo tanto, tendría que recibir por la venta de esa energía unos US$ 1.200 millones. Si Argentina retira de Yacyretá el 62% -en esos últimos cinco años – debería pagar a Yacyretá en esa misma proporción”.
Apuntemos también en este recuento, incompleto, el Acuerdo Cartes-Macri y su subproducto la Nota Reversal N.º 2/17 (Loizaga-Faurie), que había reducido ese pasivo a US$ 4.000 millones, sin muchas explicaciones a los contribuyentes paraguayos y argentinos y con demostrables transgresiones del Tratado de Yacyretá, específicamente, del numeral IX del Anexo C, según el cual debe tenerse en cuenta también en la hora de los cálculos finales “la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países”.
Los técnicos consultados alertan también que si la sequía que afecta al río Paraná se mantiene, así como la política de aprovechamiento de la energía paraguaya en Yacyretá vigente desde junio de este año, el sistema argentino deberá recurrir a una mayor importación de energía y a la utilización de más energía generada por centrales térmicas, hechos que le aumentarán su costo.
Vergara anticipaba que la condición, a la que destacó como “fundamental” para que el Paraguay permita una mayor cesión de su energía, es que la Argentina pague la deuda que tiene con nuestro país por cesión de energía. Condición que, según las fuentes independientes que consultamos, sería absolutamente insuficiente si el Paraguay, en rigor, aspira a la recuperación de su soberanía en Yacyretá.
Recuerdan que la compensación por cesión de energía, aun con la frustrada Nota Reversal 2/17, apenas araña los US$ 12/MWh, pese a que la que importa Argentina, inclusive actualmente, del Uruguay y Brasil se posiciona muy cerca de los US$ 100/MWh.
Además, la deuda de Yacyretá con el Paraguay en razón de territorio inundado – la superficie que anega el embalse del complejo hidroeléctrico es territorio nacional en más del 80%- la que según se informó se acerca ya a los US$ 1.500 millones, no se vislumbra siquiera una negociación medianamente aceptable sobre la materia.