PARÍS. No habrá defensa del título: el serbio Novak Djokovic, lesionado durante su partido de octavos, tuvo que retirarse este martes de Roland Garros y tampoco podrá conservar su N.1 mundial que pasará a manos de Jannik Sinner quien, ajeno a la noticia, selló su boleto a semifinales.
“Estas últimas semanas, he tenido una pequeña molestia en la rodilla derecha, nada que ver con una lesión preocupante. He jugado torneos así y no ha pasado nada hasta hoy. Pero en el tercer juego del segundo set, me resbalé y eso afectó mi rodilla”, detalló Djokovic tras el partido sobre el incidente, indicando que necesitó antiinflamatorios para poder seguir jugando.
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“Una dura decisión”
“Me entristece anunciar que tengo que retirarme de Roland Garros. Jugué con toda mi pasión y lo di todo ayer (lunes)”, escribió el serbio en su cuenta de Instagram, añadiendo haber tomado una “dura decisión” después de una “cuidadosa reflexión”.
Sinner se encontraba disputando su partido de cuartos de final contra Grigor Dimitrov (N.10) cuando saltó la noticia. El joven de 22 años superó sin mayores dificultades al búlgaro por 6-2, 6-4, 7-6 (7/3), y estará atento a la sesión nocturna entre el español Carlos Alcaraz (N.3) y el griego Stefanos Tsitsipas (N.9) para conocer su próximo rival.
Swiatek sigue imparable
Quien tiene garantizado seguir en lo más alto, es la polaca Iga Swiatek, número 1 indiscutible del circuito femenino. El martes, con un 6-0, 6-2 contra la checa Marketa Vondrousova (N.6) en tan sólo 62 minutos, aseguró su presencia entre las últimas cuatro mujeres y disputará su boleto a la final contra Gauff (N.3), quien apeó en la primera sesión del día a la tunecina Ons Jabeur (N.9).
“Honestamente, creo que todo funcionó”, declaró desde la pista la joven de 23 años. “Siento que he servido mejor que en rondas anteriores y eso me dio un extra de confianza”.
Desde luego, el balance entre ambas no invita al optimismo para la vigente campeona del US Open, que tan sólo ha vencido a Swiatek una ocasión de las 11 que se han enfrentado y sobre pista dura, la superficie favorita de la norteamericana.