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El fútbol chileno toca fondo Internacional

El fútbol chileno toca fondo  Internacional

La selección Sub 20 de Chile cayó eliminada sin atenuantes en el Mundial de la categoría, de la que es anfitriona, y sumó otra frustración para el fútbol del país sudamericano, que puso en este equipo altas expectativas tras el fracaso de La Roja, que no se clasificó al Mundial 2026.

En ese último partido, las diferencias entre ambas selecciones fueron grandes en el campo y fuera de él, comenzando por una larga distancia entre el valor de mercado del Tri de 35,2 millones de euros por los 8,8 millones de euros de los futbolistas chilenos. Sólo el mediocentro mexicano Obed Vargas, del Seattle Sounders, vale 8 millones de euros, casi lo mismo que toda la plantilla chilena.

La cifra pondera no solo el talento de los jugadores, sino la proyección en función del desarrollo que han tenido y, en ese aspecto, la organización y nivel del fútbol chileno es el responsable.

Poca competencia hace diferencia

Sin embargo, aquellos resultados son hoy una maldición. La ansiedad y presión de estas expectativas causó trastornos en los juveniles chilenos, que padecieron dolores de estómago al sentirse expuestos a las críticas e intimidados de jugar en estadios repletos, experiencias a las que están poco habituados.

La joya mexicana de 16 años Gilberto Mora, volante de ataque del Tijuana, llegó al certamen en Chile con cerca de 70 partidos disputados entre clubes y todas las categorías de la selección mexicana, incluyendo su debut en la absoluta. La figura chilena Juan Francisco Rossel, que es delantero de Universidad Católica, en cambio, tiene cerca de 15 partidos menos que Mora y cuatro años más de edad, y en selecciones sólo tiene el proceso con la Sub 20.

El mejor es de Argentina

El técnico chileno de la Sub 20, Nicolás Córdova, hizo un proceso largo de dos años de preparación, en los que evaluó una larga lista de futbolistas, algunos de ellos con mucha continuidad y luego quedaron fuera de la lista final.

Millán está valorado en 2,5 millones de euros y llegó al torneo con cerca de 76 partidos entre su club y las selecciones sub-20 de Argentina y Chile, porque el jugador decidió vestir La Rojita al no ser elegido en una Albiceleste llena de figuras. Sin gol, no hay victorias

En cuatro partidos anotaron sólo cuatro goles. El equipo chileno, no obstante, convirtió en todos sus duelos menos frente a Japón y mostró un buen trabajo de generación de juego, pero la poca efectividad y madurez para sostener los partidos terminó por hacerlos sucumbir. EFE

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