En el marco de la nueva Política Energética del Gobierno, el viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, explicó los principales desafíos y metas para los próximos cuatro años. Habló sobre los objetivos a corto, mediano y largo plazo, destacando el proyecto de ir migrando del uso de gas (GLP) y biomasa a electricidad.
Habló de la necesidad de diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de combustibles fósiles y biomasa, señalando que serán necesarias importantes inversiones en infraestructura y una política centrada en la sostenibilidad.
Dijo que el Gobierno está trabajando en la sustitución progresiva del uso de leña y gas licuado de petróleo (GLP) en los hogares, promoviendo el uso de energía eléctrica. Sin embargo, aclaró que buscan que esta transición sea de manera gradual para evitar un aumento drástico en la demanda eléctrica, especialmente en las horas punta.
Según Bejarano, no se establecieron metas cuantificadas, pero sí se planea una disminución paulatina. “El cambio será gradual, pues estamos hablando de un tema que no solo es energético, sino también cultural. Muchas familias aún dependen del GLP por costumbre, aunque hemos notado que en los hogares de clase media alta ya se está adoptando el uso de hornos eléctricos y cocinas de inducción”, comentó el viceministro.
A pesar de los avances, Bejarano indicó que la sustitución del GLP será un proceso lento, pero necesario para reducir la dependencia de una energía que el país no produce. “Queremos disminuir el uso de GLP y biomasa en los hogares, al tiempo que impulsamos una mayor utilización de la energía eléctrica, que es más sostenible”, subrayó.
Resaltó que en el último año, el balance energético del país mostró un aumento del 22% en el uso de energía eléctrica, mientras que el consumo de hidrocarburos y biomasa disminuyó en un 1% cada uno, respectivamente.
En las 50 páginas del Decreto Nº 2553 y sus anexos, por el cual se aprueba la Política Energética del Paraguay al 2050, se establecen cinco objetivos estratégicos superiores que definen “a dónde” se desea llegar mediante la efectiva ejecución y seguimiento de esta Política Energética.
1. Garantizar una oferta energética sostenible, robusta y resiliente orientada al bienestar de toda la población y al desarrollo productivo con prioridad en el aprovechamiento de los recursos energéticos y mineros del país.
3. Consolidar el país como eje de la integración energética regional.
4. Asegurar el acceso a una energía asequible, segura y sostenible para satisfacer las necesidades de los sectores más vulnerables del país.
5. Potenciar el rol del consumidor y de otros actores del sector en el sistema energético.