Las lágrimas de Rafael Nadal regaron este domingo la tierra batida donde más triunfos ha conseguido, el trampolín de su gloria eterna que el Grand Slam de tierra batida quiso brindarle una vez más, la decimoquinta, para recibir el aplauso del público, el homenaje de sus principales rivales y el cariño de sus allegados.
“Creo que hemos demostrado que se puede querer al rival y al tiempo querer ganarlo con todas tus fuerzas y esforzarte al máximo para conseguirlo”, dijo posteriormente.
“Quiero mostraros mi infinita gratitud por haberme dado la oportunidad de poder decir adiós en el lugar más importante de mi carrera (…) Aquí he disfrutado, sufrido, ganado, perdido”, aseguró tras ver un vídeo en el que aparecían algunos de sus mayores éxitos en la Philippe Chatrier.

“Merci Francia, merci París”