El entrenador argentino Miguel Ángel Russo, que tuvo su paso por Cerro Porteño en 2019, falleció este miércoles a los 69 años. Luego de haber superado un cáncer de próstata años atrás, el experimentado técnico de Boca Juniors se encontraba bajo intervención domiciliaria en un delicado estado de salud, producto de un debilitamiento general que lo había apartado de sus funciones en el banquillo “Xeneize.
Durante este periodo, su registro con el Ciclón de Barrio Obrero se saldó con un balance equilibrado y combativo, sumando siete victorias, siete empates y solo cinco derrotas. Aunque fue una etapa breve, el paso de Russo por Cerro Porteño añadió un nuevo capítulo internacional, en el que había sido eliminado en cuartos de final de la Copa Libertadores ante River Plate, la última vez que el “Ciclón” logró instalarse entre los ocho mejores del máximo certamen a nivel de clubes de nuestro continente.
No obstante, durante los partidos de septiembre (el 14 ante Rosario Central y el 21 frente a Central Córdoba), se le observó cada vez más débil. Como consecuencia, el DT relegó a sus ayudantes las indicaciones a los jugadores y la supervisión de los entrenamientos previos. Finalmente, se decidió que Claudio Úbeda, su auxiliar, ocupara provisionalmente su lugar en el banco de suplentes y en las prácticas semanales, lo que ejecutó en los encuentros contra Defensa y Justicia y Newells.
La salud de Russo ya había presentado complicaciones en 2017, cuando dirigía a Millonarios de Colombia y fue diagnosticado con cáncer de próstata. En aquella ocasión, fue operado en Bogotá en febrero de 2018 y logró recuperarse al punto de continuar trabajando entre sesiones de quimioterapia, llegando incluso a conquistar el título local.
La trayectoria de Russo como entrenador lo consolidó como uno de los más respetados del fútbol argentino, dirigiendo a clubes emblemáticos como Estudiantes de La Plata, Boca Juniors, San Lorenzo, Racing, Vélez Sarsfield, Rosario Central y Lanús, entre otros. Sus mayores logros llegaron con el cuadro xeneize, al conquistar la Copa Libertadores de 2007 con un equipo liderado por Juan Román Riquelme, quien —ya como presidente— lo convocaría para tomar las riendas del club en 2025. En Vélez fue campeón del Clausura 2005, y en Rosario Central logró la Copa Argentina 2018, dejando una huella afectiva por su vínculo con la institución.
Como futbolista, Russo jugó únicamente en Estudiantes de La Plata, debutando en 1975 y retirándose en 1988. Fue un mediocampista de marca con buen criterio, clave en el equipo dirigido por Carlos Bilardo que conquistó el Metropolitano 1982 y el Nacional 1983, una de las etapas más recordadas del club, disputando más de 400 partidos oficiales con la camiseta pincha.