Francia se prepara para su debut en la Eurocopa, liderada por Mbappé y con un mensaje de diversidad y convivencia multicultural. El equipo tricolor busca repetir el éxito de 1998 y mantenerse como ejemplo de integración.
Mbappé, criado en un suburbio de París, se posiciona en contra del ultranacionalismo y toma el testigo de Zidane como capitán. En medio de la Eurocopa, el jugador defiende los valores de diversidad, tolerancia y respeto.
Deschamps elige a Mbappé como capitán, mientras el equipo enfrenta problemas internos por el avance del ultraderechista Reagrupamiento Nacional en las elecciones. Thuram y Dembélé se pronuncian, generando debate en la concentración del equipo.
Las declaraciones políticas de los jugadores generan controversia, con la federación francesa pidiendo no politizar al equipo. Mbappé defiende la importancia de hablar en situaciones críticas y afirma que no influirá en el rendimiento del equipo.
A pesar de molestias físicas, Mbappé se prepara para liderar a Francia en la Eurocopa. Concentrado en el objetivo deportivo, el jugador es ejemplo de la diversidad multicultural del equipo. Francia busca en el campo defender sus valores ante la amenaza del extremismo político.
El entrenador Deschamps opta por no abordar el tema político hasta después del torneo, mientras Mbappé se muestra comprometido con la lucha contra el ultranacionalismo. La selección francesa enfrenta momentos de tensión antes del inicio de la Eurocopa, con el capitán como principal referente de integración y tolerancia.