La especialización en el Fuero de la Niñez y Adolescencia fue habilitada en la Escuela Judicial con el objeto de capacitar a los profesionales del Derecho en un área muy sensible que requiere de un tratamiento muy especial al tener como protagonistas a menores de edad.
Asistieron como invitados de honor, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Prof. Dr. Luis María Benítez Riera y la Decana de la Facultad de Derecho, Prof. Dra. Miryam Peña.
Una nueva era en materia de especialización
El presidente Gustavo Miranda Villamayor, expresó su satisfacción y orgullo por la apertura académica del Fuero de la Niñez y Adolescencia en la Escuela Judicial, creada por ley 1376/98, cuya finalidad es impartir enseñanza jurídica especializada a los efectos de contribuir al fortalecimiento y mejoramiento de la administración de justicia. Destacó que su implementación constituye el comienzo de una nueva era en la materia de especialización.
Mencionó que es el día más feliz en su vida, al tiempo de agradecer al presidente del Consejo de la Magistratura por su constante apoyo, a los directivos y funcionarios, por su esfuerzo y dedicación para la concreción del objetivo, que calificó de un hecho histórico. “Gracias a la colaboración de muchas personas hoy la Escuela Judicial cuenta con una herramienta de especialización, que es necesaria”, expresó.
El primer cambio que exige según el director es superar la perspectiva juridicista, normativista del siglo pasado, en el cual el derecho se explicaba sólo desde la ley positiva, entonces el cambio debe ser el paso de una concepción unívoca a más analógica.
Interés superior del Niño
“Los niños y adolescentes deben ser oídos dentro de un proceso judicial para dar su visión de lo que está sucediendo. Los conflictos deben ser tramitados en espacios amenos para los niños, eso no tenemos en la actualidad en todos los tribunales. El niño merece un trato adecuado y eso a veces los operadores judiciales no lo tenemos en cuenta, estamos pensando en cuál es el interés de los padres, de los maestros y de nosotros mismos y nos olvidamos de cuál es el interés superior del niño”, expreó.