Crisis Humanitaria en la Frontera Irán-Afganistán Desata Retorno Forzado de Afganos
Teherán, Irán – La situación de los migrantes afganos en Irán se ha vuelto alarmante, ya que el gobierno iraní ha forzado el regreso de más de 1,2 millones de afganos a su país desde enero de este año, en medio de acusaciones de espionaje y un aumento en la xenofobia.
Los afganos, que habían huido de la represión talibán, ahora enfrentan un clima hostil en Irán, donde muchos son víctimas de agresiones racistas. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha reportado que durante el mes de junio, aproximadamente 714,000 migrantes afganos se vieron obligados a regresar a su tierra, con un 70% de ellos deportados a la fuerza. Sin embargo, el retorno es presentado por las autoridades iraníes como un proceso voluntario, lo que ha generado dudas y críticas de diversas organizaciones humanitarias.
Los testimonios recopilados por la OIM y otras entidades indican que la mayoría de estos retornos no son decididos libremente. Muchos afganos mencionan el "miedo a ser deportados", así como la violencia policial y la presión de sus compatriotas en Irán como factores determinantes en su decisión de regresar. La situación es crítica en el paso fronterizo de Islam, en la provincia de Herat, donde miles de afganos ahora se encuentran acampando, sin recursos ni un lugar al cual ir.
Mientras la población afgana que retorna se enfrenta a las penurias de un país sumido en la pobreza, el regreso al régimen talibán presenta aún mayores riesgos. Activistas y defensores de derechos humanos han advertido sobre el potencial de represalias por parte de los talibanes, quienes desde su regreso al poder en 2021 han estado en contra de quienes huyeron de su gobierno. Mahboba Afzali, activista por los derechos de las mujeres, ha expresado su temor de ser capturada debido a su trabajo en educación clandestina para niñas, actividad prohibida por las autoridades talibanes.
El director del Ministerio del Interior iraní, Nader Yarahmadi, confirmó que desde abril, cerca de 986,000 afganos no autorizados han abandonado el país. El clima de temor se intensificó tras amenazas a los migrantes sin documentación, instándolos a abandonar Irán antes de un plazo establecido. Aparte de las deportaciones, el aumento de agresiones físicas y verbales hacia los afganos ha sido documentado, con informes de ataques por parte de la policía u otros iraníes.
Expertos en derechos humanos han señalado que la escalada de xenofobia se ha intensificado en el contexto de tensiones recientes entre Irán e Israel, donde los afganos han sido erróneamente acusados de espionaje en redes sociales y declaraciones oficiales. La OIM ha registrado que, durante el periodo de bombardeos de Israel a Irán en junio, más de 500,000 personas fueron forzadas a regresar a Afganistán, lo que levantó alarmas sobre la inhumanidad de tales acciones.
La persecución de afganos en Irán ha desbordado el ámbito social, llegando a afectar su acceso a servicios básicos. Muchos afganos han reportado discriminación en hospitales y mercados, donde se les niega atención médica o servicio. Este ambiente de hostilidad ha exacerbado la crisis humanitaria, con peligros inminentes que enfrentan aquellos que son devueltos a Afganistán, un país donde la economía está colapsada y la mayoría de la población vive en condiciones de pobreza extrema.
Organizaciones internacionales han instado a la comunidad global a prestar atención a esta situación crítica. Irán alberga actualmente la mayor población de refugiados en el mundo, con alrededor de cuatro millones de afganos, un número que podría verse afectado por las políticas de deportación agresivas del gobierno. Al tiempo que el régimen iraní enfrenta críticas por su manejo de la crisis con Israel, también se encuentra bajo la presión de tensiones económicas internas y la insatisfacción de su propia población.
La situación es un llamado urgente a la acción internacional para garantizar la protección de los derechos humanos de los migrantes afganos en Irán y en cualquier país donde busquen refugio. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de responder a esta crisis humanitaria, exigiendo que se detengan las deportaciones forzadas y se respete la dignidad de quienes huyen de la violencia y la persecución.