El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió la misa de Domingo de Ramos. De esa manera se dio apertura oficial a la Semana Santa con la tradicional bendición de palmas y la recordación de la entrada de Jesús a Jerusalén en el santuario de Caacupé. Durante su homilía exhortó a los presentes a valorar la voz de los jóvenes, ya que antes ni siquiera se los escuchaba.
Recordó que hay muchas maneras de silenciar a los jóvenes. “Hay muchas formas de anestesiarlos y adormecerlos para que no hagan ruido, para que no se pregunten y no se cuestionen sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
“Si los demás callan, si nosotros los mayores, adultos responsables, callamos, si esta nuestra sociedad callada y pierde la alegría, ¿qué haremos?, les pregunto a los jóvenes que están aquí, ¿ustedes gritarían?”, consultó a los presentes monseñor.
No olvidar a Jesús
En otro momento de su alocución, el obispo indicó que no debemos olvidar que Jesús murió gritando su amor por cada uno de nosotros, por los jóvenes, los adultos, por los santos y los pecadores, su amor a los de su tiempo y a los de este nuestro tiempo.
“Hermanos, preguntémonos, ¿qué mira hoy aquí nuestro corazón?, ¿a dónde apunta?, ¿cuál es su prioridad?, ¿Jesucristo sigue siendo motivo de alegría y alabanza en nuestro corazón o nos avergüenza sus preferencias que son los pecadores?”, puntualizó monseñor Valenzuela.
Presentación teatral en Caacupé
En la explanada se pudo observar la concurrencia de familias portando sus palmas.
Con el inicio de la Semana Santa, en los próximos días habrá actos especiales. El Jueves Santo, 28 de marzo a las 8:00 será la misa crismal. A las 19:00 se hará la misa del Señor y a las 20:30 la exposición y adoración al Santísimo.