El Fraser Institute presentó el índice de Libertad Económica en el Mundo 2025 (Economic Freedom of the World), que mide hasta qué punto las personas en 165 jurisdicciones pueden ejercer su capacidad de tomar decisiones económicas de manera independiente. La medición se estructura en torno a cinco áreas centrales: tamaño del gobierno, sistema legal y derechos de propiedad, solidez monetaria, libertad para el comercio internacional y regulación.
De acuerdo con el último informe, Hong Kong y Singapur figuran en las dos primeras posiciones del ranking global de libertad económica. Estos países se destacan por su apertura comercial, estabilidad institucional y políticas que facilitan la inversión y la innovación. En el tercer lugar se ubicó Nueva Zelanda, seguida de Suiza y Estados Unidos, que completan el grupo de las cinco economías mejor posicionadas.
En cuanto a la radiografía del clima económico en América Latina, Paraguay se ubica en la 60ª posición a nivel mundial. Esta ubicación lo coloca en la mitad superior del ranking regional, superando a gigantes como Brasil (87º), Argentina (159º) y Venezuela (165º), pero rezagado frente a países con mayores niveles de apertura y estabilidad institucional como Costa Rica (14º), Chile (26º), Panamá (27º) y Perú (51º).
El contraste con sus socios del Mercosur resulta llamativo: mientras Paraguay figura en una posición moderada, Brasil arrastra problemas estructurales que lo ubican más abajo, y Argentina junto con Venezuela se encuentran entre los últimos del mundo, de acuerdo con el índice. Esto ofrece al país la oportunidad de diferenciarse como una alternativa más confiable en la región, siempre que avance en reformas que fortalezcan la independencia judicial, reduzcan trabas burocráticas y garanticen reglas claras de largo plazo para el sector privado.
La institución también destaca que las naciones con mayores niveles de libertad económica exhiben condiciones de vida muy superiores a las de aquellas con más restricciones. El estudio compara al 25% de países más libres con el 25% menos libre evidenciando brechas significativas en múltiples dimensiones sociales y económicas.
En materia social, la esperanza de vida se extiende alrededor de 17 años más y la mortalidad infantil es mucho menor. A esto se suman mayores niveles de satisfacción personal reportados por los ciudadanos, gobiernos percibidos como menos corruptos y entornos más limpios y sostenibles.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones