Protestas masivas en Israel exigen la liberación de rehenes en Gaza mientras la tensión empeora
Decenas de miles de israelíes se congregaron el pasado sábado en Tel Aviv para manifestarse contra la decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu de llevar a cabo una ocupación total de Gaza, desatando una ola de indignación en el país. La protesta, marcada por una profunda angustia, fue impulsada por el angustiante contenido de las imágenes de dos rehenes publicados recientemente por Hamas, que evidencian las difíciles condiciones de vida en las que se encuentran los cautivos.
Tami Barak, una de las voces más destacadas de la manifestación, alzó la bandera con la fotografía de Itay Chen, un amigo de sus hijos, quien lleva 673 días cautivo en Gaza. Barak expresó su desilusión y preocupación, afirmando: "Netanyahu solo quiere mantenerse en el poder a toda costa, pagando el precio de arriesgar vidas". La indignación palpable en la Plaza de Los Haranes refleja una creciente disconformidad con las decisiones del gobierno ante el escalofriante aumento de la violencia en la región.
Las protestas se articularon en varias ciudades israelíes a medida que se intensificaron los combates en Gaza. Los manifestantes, muchos de ellos familiares de los rehenes, exigieron la protección de los soldados y la liberación de los casi 20 israelíes capturados en el conflicto. Sollozando, Lishay Miran-Lavi, esposa de un rehén, lanzó un llamado desesperado al expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, implorando ayuda para facilitar un acuerdo que permita traer a su esposo de regreso a casa.
En medio de las diversas facciones que se reunieron ese día, se encontraban aquellos que apoyan la continuación de la guerra contra Hamas, así como otros que anhelan un acuerdo de paz duradero basado en una solución de dos estados. Ron Bassin, un manifestante proveniente de un kibutz en la zona fronteriza, comentó que siente que el sentimiento de paz se ha vuelto extraño, y varios manifestantes coinciden en que su visión de Israel se está convirtiendo rápidamente en una batalla entre diferentes ideologías y posturas sobre cómo abordar el conflicto con los palestinos.
Mientras tanto, Clara, esposa de Ron, lamentó que tanto los líderes israelíes como los palestinos parecen estar atrapados en una triste rutina de confrontación. "Es doloroso pensar que nuestro gobierno no ha hecho lo suficiente para asegurar la liberación de nuestros rehenes", abundó Clara, reflejando la frustración generalizada en la manifestación. Las tensiones se intensifican aún más a medida que la amenaza de una ocupación total de Gaza tomada por Netanyahu comienza a cobrar vida, lo que ha provocado críticas internacionales y preocupaciones sobre el desplazamiento de civiles.
Desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, Israel ha enfrentado un dilema complicado. Aproximadamente 1,250 personas han sido capturadas o se encuentran desaparecidas, aumentando la inquietud social. David, un manifestante que prefirió no dar su apellido, criticó la falta de acción humanitaria para con los rehenes, exigiendo que organismos como la Cruz Roja aseguren que al menos reciban comida y agua. "Se les pide que vivan, pero ni eso parece posible", expresó.
José Hammerschlag, un argentino residente en Israel desde hace más de cinco décadas, observó la protesta con un enfoque sereno a pesar de las presiones actuales. Afirmó que el incremento de la violencia no hace más que agravar la situación, sosteniendo que la falta de verdadera comunicación y negociación ha dejado a muchos israelíes atrapados en un conflicto prolongado del que desean salir. "No hay luz al final del túnel", advirtió, acusando al gobierno de Netanyahu de priorizar intereses personales antes que la paz.
La propuesta de Netanyahu contempla un despliegue militar completo en Gaza, que, según informes, podría desplazar a más de un millón de personas del área. Ante esta perspectiva inquietante, la ONU y varios gobiernos europeos han expresado su preocupación. Hasta el momento, el gobierno no ha ofrecido detalles sobre cómo planea llevar a cabo esta reubicación masiva, lo que ha generado una creciente incertidumbre en una región ya sobrepoblada y en crisis.
Las demandas de los manifestantes son claras: la urgencia por una resolución se escucha en cada rincón de la Plaza. "Hasta que no sean liberados, todos somos rehenes", coreaban los asistentes, resaltando la necesidad de una voz unida frente a la guerra. Sin embargo, algunos, como Tami Barak, recuerdan que la paz no puede ser un lujo y que la humanidad no debería estar condenada a sufrir por el conflicto. Con relatos de dolor y un deseo ardiente de reconciliación, la protesta del sábado ha resonado más allá de los límites de Tel Aviv, convirtiéndose en un símbolo del anhelo de un futuro mejor para todos.