Inundaciones mortales en Afganistán, Brasil, Oriente Medio e India, con precipitaciones muy superiores a las registradas desde que comenzaron los registros. Alemania, Austria, España y otros países han batido récords de calor en abril. Todos estos fenómenos se intensifican debido al cambio climático.
Con cada tonelada de carbón y cada barril de petróleo que quemamos, presenciamos un aumento de fenómenos meteorológicos extremos en Europa y en todo el mundo. La intensidad de las inundaciones en Alemania en 2021 aumentó un 20%, dejando grandes pérdidas para quienes lo perdieron todo. La ola de calor en España en 2022 causó la muerte de más de 11,000 personas.
Las personas de ingresos bajos y medios son las más afectadas por los impactos del cambio climático, sufriendo pérdidas en vivienda, alimentación, educación y salud. Este escenario ataca directamente los derechos humanos fundamentales establecidos en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. La Unión Europea se basó en valores como dignidad, libertad y estado de derecho, que se ven amenazados por el cambio climático.
Los impactos del cambio climático afectan la calidad de vida de todos, con inundaciones, altas temperaturas y tierras improductivas. La preservación del clima está directamente relacionada con derechos civiles y la igualdad de género, ya que las mujeres y las minorías suelen ser las más afectadas. La protección del medio ambiente y la igualdad son pilares fundamentales que se ven comprometidos.
Las políticas conservadoras conducen a la desigualdad social y a la devastación ambiental, como se evidencia en Estados Unidos y Brasil. La desforestación en Brasil, alentada por políticas de Bolsonaro, ha causado graves inundaciones en regiones como Rio Grande do Sul. La interconexión entre la protección del clima y los derechos humanos es crucial en la lucha contra la desigualdad global.
En las elecciones europeas, la defensa de los derechos humanos es fundamental para construir coaliciones. Es esencial recuperar el liderazgo europeo en derechos humanos frente a regímenes totalitarios. Aunque la apatía política pueda prevalecer, la participación activa y la defensa de los derechos son la clave para un futuro sostenible.
El cinismo y la inacción no son opciones ante la crisis climática. Es necesario utilizar el poder individual y colectivo para impulsar el cambio. La acción es crucial para evitar un retroceso en los avances logrados en materia de igualdad y derechos humanos. La sociedad tiene el poder de influir y transformar la realidad.
Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima, destaca la importancia de la participación activa en la lucha contra el cambio climático. La protección del medio ambiente, la defensa de los derechos humanos y la igualdad son aspectos interconectados que requieren atención y acción inmediata.