Escapes y Retenciones: La Lucha de las Mujeres Saharawi en Argelia
Safia, una saharawi de 28 años, se encuentra atrapada en una pesadilla legal que refleja las tensiones entre su comunidad, Argelia y España. Residente en Sevilla desde su infancia, actualmente vive oculta en una pequeña habitación en Argel, temiendo por su seguridad tras haber intentado regresar a su hogar.
Desde hace 17 meses, ella no ha logrado salir de Argelia. Su pasaporte, emitido por sus padres en Tinduf, ha sido confiscado por el Frente Polisario, el movimiento que busca la autodeterminación del Sahara Occidental. Conocida por su labor con el movimiento feminista saharawi, Safia denuncia que este grupo ha emitido una orden de "retención administrativa" que le impide abandonar el país, a pesar de contar con una salvoconducto del consulado español.
Este fenómeno no es aislado; varias mujeres saharawi que anteriormente residían legalmente en España han denunciado situaciones similares. Según testimonios de activistas y familiares, el Frente Polisario impide el viaje de estas mujeres e incluso las retiene en contra de su voluntad, bloqueando su salida de Argelia bajo razones que muchas veces son oscuras o relacionadas con la presión familiar. Mujeres como Safia han quedado atrapadas en un limbo legal por intentar retomar su vida en España.
El número exacto de saharawis que enfrentan esta situación es incierto, pero activistas como Tfarrah H. estiman que podrían ser "decenas", advirtiendo que los casos conocidos son solo la punta del iceberg. A menudo, estas mujeres son jóvenes que llegaron a España de niños a través de programas de acogida temporales y que, al llegar a la adultez, se encuentran sometidas a presiones familiares para regresar a los camps de Tinduf.
Las experiencias compartidas por estas mujeres revelan patrones preocupantes. Muchos de los casos comienzan cuando las familias biológicas intentan llevarlas de vuelta a Argelia. En algunos casos, los matrimonios y las expectativas sociales en los campos son tan restrictivas que impulsan a estas jóvenes a buscar una vida mejor en el extranjero. Esta dinámica es evidente en el relato de Maloma Morales de Mato, quien fue "secuestrada" en 2015 y, aunque logró regresar a España años después, su vida sigue impregnada de miedo y debilidad.
El sello del Frente Polisario sobre estas retenciones genera interrogantes inquietantes acerca de la protección de los derechos humanos en los campos de Tinduf. A pesar de las declaraciones del representante del Frente en España, Abdullah Arabi, quien minimiza la situación y la califica como no habitual, los testimonios de mujeres como Safia y Salka corroboran una práctica reiterada de control sobre mujeres jóvenes. Salka, que huyó hace poco, experimentó una situación similar y también fue marcada como "secuestrada" por ayudar a una mujer saharawi a escapar.
Safia comparte su travesía frustrante de intentar regresar a Sevilla. Tras descubrir que su pasaporte fue confiscado, su vida se tornó un continuo esfuerzo por escapar de la vigilancia de su familia. En el camino, su historia ilustra un conflicto más amplio sobre el papel de las mujeres en la lucha saharawi y su derecho a decidir su propio destino.
Las órdenes de retención son una manifestación clara de la represión que sufren las mujeres en este contexto. Safia ha visibilizado su lucha, afirmando que su único delito es querer elegir dónde vivir. Su situación no es únicamente un problema familiar, sino parte de un patrón más extenso donde las mujeres saharawi quedan atrapadas entre las tradiciones patriarcales y las aspiraciones de un futuro diferente.
A medida que las comunidades internacionales empiezan a prestar atención a los relatos de mujeres saharawi, surge la necesidad de un mayor escrutinio sobre las prácticas del Frente Polisario y la situación de los derechos humanos en los campos de refugiados. La historia de Safia es un llamado a la acción: un recordatorio de que el derecho a la autodeterminación debe ir acompañado de la defensa de los derechos de todas las personas, especialmente las mujeres que a menudo se encuentran en la línea de fuego de los conflictos sociales y políticos.
Las voces de estas mujeres merecen ser escuchadas y apoyadas, ya que su lucha es parte de una búsqueda más amplia por la justicia, la libertad y el reconocimiento de sus derechos fundamentales en la sociedad saharawi y más allá.