No estaba en los planes de la prensa, pero tal vez el técnico Gustavo Alfaro lo tenía bien escondidito y Matías Galarza fue una grata revelación en el partido del martes, en 4.150 metros sobre el nivel del mar, en El Alto, donde la selección paraguaya rescató un valioso empate (2-2) y estuvo muy cerca de ganar a Bolivia.
Matías es hijo del exarquero Rolando, uno de los tantos de la dinastía Galarza vinculado al fútbol boliviano, incluso al cuerpo técnico de la selección de aquel país.
“Feliz por debutar de titular, siempre vengo apoyando desde donde me toque”, remarcó quien en el primer tiempo fue volante y en el segundo, el quinto defensor con el ingreso de Julio Enciso por Agustín Sández. “Estamos mostrando una cara nueva, hay que seguir hacia el Mundial”, remató.