La Semana Santa es sinónimo de chipa. Las familias enseñan la elaboración de este tradicional “pan de maíz” a las nuevas generaciones . Pero, ¿sabés dónde “nace” y quiénes fueron los precursores? Te contamos en esta nota.
El folclorista David Galeano comenta que los inicios de la chipa se remontan a los indígenas en la época de la conquista y se elaboraba sólo con dos ingredientes: maíz y agua.
Posteriormente se metía entre las cenizas, en el fogón, para que se cocine. Finalmente era retirado del fuego, lavado con agua y ya se encontraba lista para el consumo. A esta preparación le llamaban chipa mbyta.
Con el paso del tiempo y la llegada de los españoles que trajeron vacas, ovejas y cerdos, se fueron agregando elementos a la preparación de la chipa, como la grasa, la leche y el huevo.
Proceso para obtener la harina de maíz y la fariña
En el caso de la mandioca se pasa por un aparato denominado “mandi’o yty” que sirve para rayar el tubérculo obteniendo el almidón.
Tradición que pasa de generación en generación
“Es una tarea que se realiza en familia, involucrando a todos los miembros. Es la mejor escuela”, refiere Galeano.
Se arranca hojas del banano y se usa como base para que la masa no se pegue ni queme, además de proporcionarle un sabor especial.
Posteriormente, luego del almuerzo se mete las chipas al tatakua y lleva unos 20 minutos de cocción hasta que sale la primera saca.
Cocido quemado
Para completar el tradicional menú de Semana Santa se utilizan las brasas del tatakua que son puestas en una sartén con yerba y naranja pire (cáscara de naranja) para la elaboración del cocido quemado.
Esta bebida tradicional paraguaya acompañará a la chipa y la sopa paraguaya o bien, se puede consumir sola, fría o caliente; negro o con leche.