LUQUE. Darío Ovelar Marecos Gómez es un papá cuya vida está marcada por el sacrificio, la perseverancia y el amor incondicional hacia sus hijos. De profesión confitero y panadero, se afincó en Luque, y desde muy temprana edad, trabajó para ganarse la vida. Hoy es un orgulloso padre de tres hijos.
A los 13 años decidió escapar de esa realidad y se mudó a Luque, donde se quedó en casa de unos parientes. Allí comenzó su camino en el mundo de la panadería, vendiendo pan trincha en bicicleta por toda la ciudad con una canasta grande. Posteriormente, ingresó a trabajar en diferentes panaderías como ayudante, con horarios extenuantes que implicaban jornadas nocturnas y madrugadas para luego salir a vender los productos.
Esfuerzo y dedicación a sus hijos
Para Darío Marecos, ser padre es como ser un superhéroe: “Dar todo por los hijos para que no les falte nunca nada. Son mis hijos y siempre los protegeré y cuidaré”. Su deseo es que sus hijos estudien, trabajen y sean buenas personas. Y en este Día del Padre, celebrará rodeado de ellos, su mejor regalo en la vida.